Hashi Gallery Gatopardo

Hashi Gallery Capital 21 CDMX

Hace dos años Omar Rosales se encontró con una decisión muy difícil: tenía la opción de quedarse en Japón o regresar a México, su país natal, después de siete años de vivir en la nación insular. Ahí estudió el doctorado en escultura japonesa gracias a una beca donada por el mismo gobierno japonés, y parte de su aprendizaje fue el desarrollo de exposiciones. De todas las que organizó, para él hubo dos que definieron el camino: una fue en Hiroshima y otra en el anexo cultural de la embajada de Japón.

En cada una de esas exposiciones se presentaron 15 artistas diferentes, algunos japoneses y otros mexicanos. Esas tres decenas de artistas tenían muchas cosas que decir, pero Rosales se dio cuenta que eran discursos en comunes, batallas paralelas: “había muchos paralelismos conceptuales en ciertos temas como el cuerpo y el espacio”. Así que después de hablar con su ahora socio, Eduardo Ortíz, ha regresado a México para empezar un proyecto único en su clase que muestra la relación entre ambos países: Hashi Gallery.

 

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